Saturday, April 21, 2007

Tragos de chicas

Suele ser duro beber con mujeres; descartando la cuestion del resuello etilico, suelen huir espantadas de todo aquello que no sea marcadamente dulce. Las excepciones son pocas. Para la gran mayoria de la poblacion femenina, las experiencias de barra se reducen entonces a unos inciertos brebajes que algun descarado denomina Daiquiri o a la combinacion de Coca Cola + algun spirit de pesima calidad. Por suerte, hay quizas un par de opciones mas dignas.

El South Beach es un trago moderno, inventado por el gigante Dale DeGroff para Campari en un intento de hacer mas accesible el bitter a las grandes audiencias (ya se hablo del tema en el post anterior). Dulce pero elegante, su unico defecto es quizas su color (marcadamente rosado). En todo caso, es una excelente introduccion a los placeres del Campari, enmascarado por lo citrico y un ingrediente que no solemos ver muy seguido fuera de la casa de la abuela, el Amaretto.

Liturgia

Dos de naranja, tres cuartos de Campari, tres cuartos de Amaretto (quizas media, dependiendo del gusto personal). Batido y servido en copa de martini. Como garnish, cascara de naranja flambeada.

Raconte

Lo dicho; inventado por DeGroff, ganador del concurso de tragos de 1992 de Campari. He aqui quizas otra falta de los tragos modernos: la falta de estirpe.

Lo personal es etilico

Un trago interesante para sugerir a una mujer y explicar al barman de turno (si tiene la sutileza suficiente para dosificar con precision 3/4 de medida, que no siempre...). Aunque quizas, quizas habria que perder las esperanzas y resignarse a que ellas beban su frozen daiquiri mientras uno masculla burbujas en su Manhattan...

Monday, April 9, 2007

Arcos y portales

Cualquiera que haya dedicado a un vicio o aficion una cantidad sensible de tiempo termina conociendo algunos arcos y portales. Clarisimas señales de un antes y un despues, el salto de plano o epifania. La cejilla en la guitarra. Un circulado de espada. Odiar minuciosamente a un escritor que creiamos bueno.

En el campo etilico, uno de estos puntos de quiebre son sin duda los bitters. No demasiada gente reconoce la subdivision de la categoria en dos grupos: bitters "normales" y bitters "de corte". Lo mismo da: casi nadie niega que hay un antes y un despues en la experiencia del bebedor.

Entre los primeros se puede nombrar principalmente al Campari y el Fernet, aunque el segundo no participa de la academia coctelera clasica. Gusto totalmente adquirido, el Campari es la llave a un puñado de cocktails maravillosos; Edison, Negroni, Americano, Garibaldi son algunos de ellos. A diferencia del Fernet, es un aditivo que puede llegar a disfrutarse solo sin demasiado esfuerzo en plan "vasito de ginebra". Otro plus notable es que la mayoria de los barmen de medio pelo
ignoran lo caro que es en relacion a otros licores de la barra, con lo cual es improbable que nos cobren lo que deberian si pedimos "un Campari solo". Y aunque la ortodoxia frunza el ceño, un Fernet con Cola puede ser una alternativa digna en una barra infame.

En el campo de los bitters de corte, el Angostura es probablemente el unico que alguien de estas tierras tendra la suerte de probar. Concentrado, rabiosamente aromatico, suele acompañar varios tragos con base de whisky (Manhattan y Old Fashioned por ejemplo), aunque vale la pena experimentar su maridaje (palabra de enologo cool si las hay) con otros spirits. Ya en el colmo de la exoticidad encontramos los bitters de naranja o los Peychaud, lejos, muy lejos...

Una idea de cierre, poco trabajada: indica madurez del paladar poder apreciar los sabores amargos y/o los tragos "secos". Superar el sweet tooth es un definitivo paso adelante.

Tuesday, April 3, 2007

Placeres proletarios

Es bueno saber que alguien piensa en nosotros aun cuando adelgaza la billetera. Placeres proletarios, pases de manos, ases en la manga para censurar con la mirada a la concurrencia y elegir esa botella con gesto de suficiencia. El tema ameritaria un estudio mas minucioso, pero nos quedamos con al menos dos esquelas:

Burnett´s, el primer gin tomable de la larga escalera de precios. Igual en costo al intolerable Hiram Walker. Ocho o nueve pesos que nos ingresan a una serie de tragos infalibles ("gauchitos", dirian algunos) e incluso iniciaticos, como el Gin Tonic, el Tom Collins, el Martini.

En el caso de los whiskies, Vat 69; ahumado como el Ballantine (otro compañero de formula) pero menos duro. Y como todo whisky amigo, sin pico servidor. Veintidos o veintitres pesos de alegria, sumamente rendidores.

Y como no recordar la frase de Brandoni: "pero lo tuyo es una miseria digna...".