
Ya es casi un lugar comun aquello de la ardua simpleza; como la combinatoria con recursos limitados es un ejercicio para los grandes. Puede verse claramente esto en la cocteleria, donde son necesarios ciertos dones para innovar o sorprender en un cocktail de apenas dos partes.
El Rusty Nail, sin embargo, nos demuestra que es posible. En su casi redundancia, tiene grandes posibilidades como portal hacia los placeres del whisky. El que se pueda preparar in situ (lease, en el mismo vaso) es otro gran punto a favor. Y claro, la rara oportunidad de incorporar Drambuie a un trago, ese licor de whisky tan delicioso y amariconado.
Liturgia
Dos partes de escoces a una de Drambuie. Whisky con whisky, que joder. Algunos disidentes proponen una proporcion mas dura de tres a uno. Vaso de Old Fashioned, huelga decir.
Raconte
Conviene descreer del mito segun el cual los barmen escoceces revolvian el whisky con un clavo oxidado, por lineal. Probablemente el nombre se deba al color del trago, aunque la analogia es lunar.
Lo personal es etilico
Superar al maestro quizas sea imposible o ruin, pero enseñarle alguna que otra cosa no deja de ser una satisfaccion. En este caso, un mentor en lo etilico que se sorprendio ante la mencion del Rusty Nail y lo incorporo en su lista de favoritos tras ser introducido a el por su pupilo.